Castores en Tierra del Fuego

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Castor canadensis en Tierra del Fuego.


Castor canadensis

El Castor canadensis es una especie exótica en Argentina, traída desde Canadá entre los años 1945 y 1946. Son roedores de vida semiacuática que construyen madrigueras y diques con las ramas y troncos de árboles que talan con sus dientes. Con sus permanentemente afilados incisivos son capaces de derribar árboles de hasta 75 cm de diámetro. La masa media de un ejemplar adulto es de unos 16 kg, pero se han encontrado individuos de hasta 40 kg. Mide unos 76 cm de largo y 30 cm de altura; su cola ancha, aplastada y cubierta de escamas tiene unos 25 cm de largo. Su pelaje es de color canela en el lomo y algo más claro y grisáceo en la panza. Sus ojos pequeños están provistos de una membrana nictitante transparente que los protege debajo del agua, donde sus orificios nasales y pabellones auditivos pueden cerrarse por completo para evitar la entrada de agua. Es longevo —puede vivir 20 años— y monógamo; la hembra suele parir de dos a cuatro crías una vez al año, las que nacen en primavera y permanecen con sus padres durante un año.

Aunque en su hábitat natural (EEUU y Canadá) se consideran en riesgo de extinción, su incesante crecimiento en Tierra del Fuego se ha convertido en una gravísima amenaza a los frágiles bosques de lenga de la zona, su principal medio de alimentación (la corteza) y de construcción de madrigueras. Han modificado asimismo los cursos de agua, favoreciendo con sus diques el crecimiento de algas e impidiendo la reproducción de los peces naturales de la zona. Como han cruzado el Estrecho de Magallanes, su hábitat se está extendiendo también en el continente, avanzado hacia el norte a un promedio de unos 6 km cada año (Martínez y García).

Introducción en Tierra del Fuego

Dique de castores en Tierra del Fuego.

Según una fuente[1] entre 1945 y 1946 el Ministerio de Marina liberó unas 25 parejas en el nordeste del lago Fagnano y en el río Claro, en Tierra del Fuego. Según otra[2], fue introducido por el gobierno del Juan Domingo Perón en 1946 para fomentar el crecimiento de una industria peletera en esa región.

Debido a los perjuicios que causan, los gobiernos de Argentina y Chile se han propuesto la erradicación de los castores para el año 2015, propósito que parece de muy difícil cumplimiento.

Fuentes