Consejos del viejo Vizcacha

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Los consejo del viejo Vizcacha, cínico personaje de La Vuelta de Martín Fierro, forman parte del patrimonio popular. Reflejaban en la época en que fueron escritos, y reflejan todavía, rasgos característicos de la cultura argentina.


Consejos del viejo Vizcacha

En la sección 15 de La vuelta de Martín Fierro José Hernández da, tal vez no representando a un personaje real, los cínicos pero todavía actuales consejos que siguen, dados al segundo hijo de Martín Fierro. Entre paréntesis se da el contenido central del verso.

Siempre andaba retobao
Con ninguno solía hablar—
Se divertía en escarbar
Y hacer marcas con el dedo—
Y cuando se ponía en pedo
Me empezaba a aconsejar.
Me parece que lo veo
Con su poncho calamaco—
Después de echar un buen taco
Ansí principiaba a hablar:
«Jamás llegués a parar
A donde veas perros flacos.»
(Hay que amigarse con los ricos.)
«El primer cuidao del hombre
es defender el pellejo—
Lleváte de mi consejo.
Fijáte bien en lo que hablo:
El diablo sabe por diablo
Pero más sabe por viejo.»
(Hay que cuidar de uno mismo; el saber principal es la experiencia.)
«Hacéte amigo del juez
No le des de qué quejarse;—
Y cuando quiera enojarse
Vos te debes encoger,
Pues siempre es güeno tener
Palenque ande ir a rascarse.»
(Acomodo, clientelismo.)
«Nunca le llevés la contra
Porque él manda la gavilla—
Allí sentado en su silla
Ningún buey le sale bravo—
A uno le da con el clavo
Y a otro con la cantramilla.»
(Corrupción.)
«El hombre, hasta el más soberbio,
Con más espinas que un tala,
Aflueja andando en la mala
Y es blando como manteca;
Hasta la hacienda baguala
Cái al jagüel en la seca.»
(En la mala, buscá ayuda.)
«No andés cambiando de cueva,
Hacé las que hace el ratón—
Conserváte en el rincón
En que empesó tu esistencia—
Vaca que cambia querencia,
Se atrasa en la parición.»
(Movéte en terrenos y con personas conocidas.)
«Y menudeando los tragos
Aquél viejo, como cerro—
No olvides, me decía, Fierro
Que el hombre no debe creer,
En lágrimas de mujer
Ni en la renguera del perro.»
(No tengás compasión.)
«No te debés afligir
Aunque el mundo se desplome—
Lo que más precisa el hombre
Tener, según yo discurro,
Es la memoria del burro
Qué nunca olvida ande come.»
(Lealtad clientelista.)
«Dejá que caliente el horno
El dueño del amasijo—
Lo que es yo, nunca me aflijo
Y a todito me hago el sordo—
El cerdo vive tan gordo
Y se come hasta los hijos.»
(No te metás a resolver problemas ajenos.)
«El zorro que ya es corrido
Dende lejos la olfatea—
No se apure quien desea
Hacer lo que le aproveche—
La vaca que más rumea
Es la que da mejor leche.»
(El oportunismo requiere tener paciencia.)
«El que gana su comida
Bueno es que en silencio coma
Ansina, vos ni por broma—
Querrás llamar la atención—
Nunca escapa el cimarrón
Si dispara por la loma.»
(No te destaqués, sé solapado.)
«Yo voy donde me conviene
Y jamás me descarrío,
Lleváte el ejemplo mío
Y llenarás la barriga;
Aprendé de las hormigas,
No van a un noque vacío.»
(Hacé sólo lo que te beneficia.)
«A naides tengas envidia,
Es muy triste el envidiar,
Cuando veas a otro ganar
A estorbarlo no te metas—
Cada lechón en su teta
Es el modo de mamar.»
(Cada cual en su quintita.)
«Ansí se alimentan muchos
Mientras los pobres lo pagan—
Como el cordero hay quien lo haga
En la puntita no niego—
Pero otros como el borrego
Toda entera se la tragan.»
(La inequidad es la regla.)
«Si buscás vivir tranquilo
Dedicate a solteriar—
Mas si te querés casar,
Con esta alvertencia sea,
Qué es muy difícil guardar
Prenda que otros codicean.»
(Las mujeres son posesiones.)
«Es un bicho la mujer
Que yo aquí no lo destapo,—
Siempre quiere al hombre guapo,
Más fijáte en la elección;
Porque tiene el corazón
Como barriga de sapo.»
(Las mujeres son frívolas.)
«Los que no saben guardar
Son pobres aunque trabajen—
Nunca por más que se atajen
Se librarán del cimbrón,—
Al que nace barrigón
Es al ñudo que lo fajen.»
(Se nace vivo o sonso.)
«Donde los vientos me llevan
Allí estoy como en mi centro—
Cuando una tristeza encuentro
Tomo un trago pa alegrarme;
A mí me gusta mojarme
Por ajuera y por adentro.»
(No hay que echar raíces ni estar triste.)
«Vos sos pollo y te convienen
Toditas estas razones,
Mis consejos y leciones
No echés nunca en el olvido—
En las riñas he aprendido
A no peliar sin puyones.»
(Hay que estar siempre bien cubierto.)
Y gangoso con la tranca,
Me solía decir, «potrillo,
Recién te apunta el colmillo
Mas te lo dice un toruno,
No dejés que hombre ninguno
Te gane el lao del cuchillo.»
(Hay que ser siempre desconfiado.)
«Las armas son necesarias
Pero naides sabe cuándo;
Ansina si andás pasiendo,
Y de noche sobre todo,
Debés llevarlo de modo
Que al salir salga cortando.»
(No amenacés con la fuerza, usála.)
Con estos consejos y otros
Que yo en mi memoria encierro,
Y que aquí no desentierro
Educándome seguía—
Hasta que al fin se dormía
Mesturao entre los perros.