En la década de 1970, cuando se inició la construcción de la represa de Salto Grande, la Administración de Ferrocarriles del Estado de Uruguay (AFE) construyó — e inauguró en enero de 1976— un ramal entre la ciudad de Salto y el obrador de la represa para abastecer de materiales a la obra. Este ramal fue el precursor de la línea ferroviaria que se inauguró en 1982 como parte del puente que corre sobre el coronamiento de la represa de Salto Grande. La escasa anchura del [[puente Salto Grande]] obligaba a suspender el tránsito de automotores cuando circulaba el tren. Se unieron entonces, por primera vez, los ferrocarriles argentinos y uruguayos haciendo uso alternado de coches argentinos y uruguayos diagramados de modo que permitieran el trasbordo de los pasajeros para llegar a Buenos Aires y a Montevideo. El servicio perduró solamente hasta 1985, cuando una huelga ferroviaria culminó con el cierre del ramal uruguayo.
Para la reactivación del servicio —acordada con la [[Secretaría de Transportes de la Nación]] en fecha que no se dio a publicidad— en enero de 2011 la empresa COMETRANS SA (integrante del grupo [[Grupo Cirigliano ]] propietario de [[Transportes Trenes de Buenos Aires]]) compró en Holanda 10 unidades diésel usada construidas por Waggonfabric Uerdingen (Alemania) entre 1981 y 1982. Del lado uruguyo la operación del servicio es hecha por la empresa estatal AFE.
El ramal fue simbólicamente reinaugurado en agosto de 2011, luego de 36 años de inactividad, durante la gestión de la presidente Cristina Fernández. Los servicios regulares, iniciados el 9 de septiembre de ese año, conectaban semanalmente, sin transbordos, los 813 km que van de la localidad bonaerense de Pilar a la uruguaya de Paso de los Toros (departamento Tacuarembó), con formaciones de 4 vagones. En ese momento se aseguró que en diciembre de 2011 se alcanzaría una frecuencia diaria con formaciones de 6 vagones.