Se analiza Argentina produce varias veces la cantidad de alimentos necesarios para su población, pero tiene varios millones de niños desnutridos. Aplica las últimas tecnologías en su producción de soja, incluyendo las transgénicas, pero no proporciona agua potable y de riego o control de inundaciones a millones de sus habitantes. Pasó, en unos pocos años, de ser uno de los mayores morosos incobrables del planeta a tener un gran superávit fiscal y a cancelar anticipadamente sus deudas con el Fondo Monetario Internacional. La falta o disponibilidad de tecnologías para la producción y la atención social que hay en el país no pueden entonces explicarse por inexistencia de recursos naturales, de inteligencia o de capital, los factores usualmente invocados por los estudiosos del tema. El estudio de la historia del uso social de las tecnologías por los argentinos que se desarrolla en este libro da algunas claves para la comprensión del fenómeno tecnológico argentino. La constante en todos los períodos —conquista, colonización, inserción en el actual territorio mercado productivo internacional, industrialización y “financierización”— es la lucha, a veces violenta, por la apropiación de las fuentes y los medios de generación de todas las formas de la riqueza. Si la codicia es la puja por una porción desmedida de la riqueza, la totalidad técnico–social–ambiental del fenómeno tecnológico argentino puede comprenderse como el conflicto entre la codicia, la satisfacción de las necesidades humanas vitales y áreas la preservación del medio ambiente. El esbozo de historia social que presenta aquí Carlos Solivérez, con las inevitables limitaciones del espacio disponible para desarrollarla, permite obtener una visión más comprensible del fenómeno tecnológico argentino, una donde nada es gratuito o arbitrario, donde lo técnico no es determinante y "lo macro" no eclipsa a los verdaderos protagonistas, las personas de influenciacarne y hueso, con intereses y aspiraciones, desde egoísmos y altruismos, bregando por meramente sobrevivir o superando con creces sus circunstancias. Como expresa el autor, esta comprensión puede ayudar a construir un mejor país a todos los que, parafraseando a Unamuno, "les duele la época precolombina hasta el año 2001Argentina".