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La mayoría de las personas ignora '''cómo protegerse de los rayos'''. No es un tema que se enseñe ni en el nivel primario de la educación formal ni en el secundario; ni siquiera en los cursos universitarios de Electricidad se le da relevancia. Tampoco son claras las recomendaciones hechas en los medios de prensa o gubernamentales. Pese a la escasa importancia dada al problema, es mucho más [[¿Posible o probable?|probable]] que una persona sea muerta por un rayo que —para citar un suceso sucesos muy improbable—por improbables—por una maceta que cae de un balcón, por un huracán o un tornado. Hay recomendaciones relativamente simples que pueden hacerse —en Argentina no parecen ser emitidas ni por el Servicio Meteorológico Nacional ni por los organismos municipales y provinciales de Defensa Civil— pero su puesta en práctica no puede estar sólo basada en la memorización, como una receta de cocina. Se requiere una comprensión mínima del fenómeno a fin de actuar de modo de minimizar los riesgos de electrocución. La comprensión del fenómeno y algunas técnicas de protección ante él son el objeto de este artículo.
Para que se produzcan rayos y relámpagos se requiere la presencia simultánea de gran cantidad de los dos tipos de cargas eléctricas: positivas (iones con déficit de electrones) y negativas (iones con exceso de electrones). Las fuerzas que se generan sobre las partículas que están entre ambas son enormes y, si ya tienen alguna carga, son arrastradas con gran velocidad hacia la región con carga de signo opuesto a la propia; lo que constituye una corriente eléctrica. El aire seco tiene pocos iones, pero el húmedo (como el que hay en las tormentas) tiene mayor cantidad. Sin embargo, la causa principal de las grandes corrientes características de los relámpagos y rayos es la ionización del aire (fenómeno conocido como ruptura dieléctrica) por acción de los campos eléctricos generados por las nubes, tema que se discute enseguida. Un ejemplo de ruptura dieléctrica es la que se produce en los condensadores (componentes basados en materiales aisladores de la electricidad) de un dispositivo electrónico al que se le aplica un voltaje muy superior al de funcionamiento normal.
Para que el aire se ionice hay que ejercer una fuerza eléctrica muy grande sobre sus moléculas (predominantemente de oxígeno y nitrógeno). Para esto se requiere un altísimo campo eléctrico, correspondiente y mecanismos de ionización que todavía no se comprenden del todo. Las mediciones efectuadas desde aviones sobre las nubes han encontrado campos eléctricos correspondientes a una variación de 3unos 200.000.000 de volts por cada metro de distancia entre la tierra y la nube cargada. El valor puede variar según la presión atmosférica y la presencia de humedad u otros contaminantes. Estos elevados campos eléctricos pueden ser son también fácilmente detectados desde tierra por instrumentos apropiados, lo que permite saber cuando están alcanzando valores cercanos al de ionización (de ruptura dieléctrica) del aire.
Los campos eléctricos así generados no son uniformes, son menos intensos en las superficies planas de terreno y más intensos en las elevaciones del terreno. El aumento es máximo cuando la elevación es de un material muy puntiagudo y buen conductor de la electricidad, como un metal (caso de atractores como los pararrayos). El agua con sales de cualquier tipo es también un buen conductor eléctrico, como puede verificarse con un sencillo experimento casero usando una pila de 9 V con dos cables conectados en sus electrodos y un led conectado por el terminal apropiado al extremo de uno de ellos. Si se sumergen los cables en un vaso de agua pura, el led no se enciende; pero a medida que se agrega sal al agua, comienza a brillar cada vez más intensamente. El experimento muestra que los materiales que son aisladores cuando secos, pueden volverse conductores cuando están húmedos. Esto incluya tanto al terreno (tierra, arena, pastizal…) como a la madera.
==Probabilidad de ser blanco de un rayo==
[[Archivo:Rayo mata 52 vacunos Uruguay.jpg|460px|right|thumb|<small><center>'''Vacunos muertos por un rayo en Valdez Chico (Uruguay).'''</center></small>]]
Los rayos son un fenómeno frecuente que se calcula se produce unas de 40 a 100 veces por segundo en todo el planeta, mucho mas frecuente pero al mismo tiempo más localizado que los terremotos, por lo que en general producen menor número total de víctimas.
Un estudio presentado en el año 2008 estima que unas 240.000 personas son anualmente blanco de rayos en todo el mundo. De ellas muere aproximadamente el 10%, 24.000.[http://www.vaisala.com/Vaisala%20Documents/Scientific%20papers/Annual_rates_of_lightning_fatalities_by_country.pdf] El número está seguramente muy subvaluado, por lo que se puede estimar que en el transcurso de un año al menos una de cada 20.000 personas (tal vez más de 1) será alcanzada por un rayo. La probabilidad de este accidente depende críticamente del clima y la topografía, por lo que es mucho más alta en lugares donde son frecuentes las tormentas eléctricas y casi nula en aquellos donde son poco comunes o inexistentes.
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