Las sociedades capitalistas tienen una acentuada [[división social del trabajo|división social del trabajo]], por lo que todos sus integrantes son —en mayor o menor grado— consumidores (compradores) de bienes y servicios de todo tipo. La mayoría de los compradores no tiene otra [[información]] sobre sus compras de bienes que las aseveraciones de los vendedores, de la publicidad de los fabricantes o de las etiquetas de los envases que los contienen. En el caso de los servicios la información disponible es todavía menor, ya que cuando se firman contratos usualmente sólo especifican las obligaciones de los usuarios, rara vez la de los prestadores. Cuando la información está disponible, frecuentemente su carácter técnico la hace ininteligible para la mayoría de los compradores, ya que la educación básica no contempla, en general, el desarrollo de capacidad de hacer buenas elecciones técnicas (véase [[Educación Tecnológica#Elecciones técnicas|Educación Tecnológica]]).