El relevamiento —que —que en realidad no es tal— tal— de la pobreza ha sido en Argentina tradicionalmente encomendado a los referentes barriales de los diferentes partidos políticos, los usualmente denominados ''punteros''. Estos referentes supuestamente conocen a las personas del barrio, sus ingresos (que en las sociedades capitalistas son el medio indispensable para la satisfacción de las [[necesidades básicas]]) y sus más graves problemas. Estos referentes, frecuentemente (aunque no se sabe qué porcentaje de las veces) bien intencionados, deben también ayudar a satisfacer la principal necesidad de los políticos: obtener votos. Es por esta razón que la gran transferencia de recursos se produce, queja habitual de los ciudadanos en general, en tiempos electorales. Una vez individualizados los potenciales receptores, buena parte de la ayuda personal (no las obras barriales que serán anunciadas y ojalá inauguradas por el intendente, gobernador o presidente, según el monto de la inversión) es canalizada a través de los mismos referentes, ignorándose también qué porcentaje es "retenido" por ellos. Los dejados fuera del sistema, el porcentaje de la ayuda que "se pierde" en el camino, la continuidad de la misma y la razón de este supuesto medio de promover la justicia social requieren análisis detallado.
La relación de clientela requiere tanto el ocultamiento de los verdaderos mecanismos de otorgamiento de la ayuda social, como la arbitraria selección de sus beneficiarios. Si hubiera "transparencia" —como metafóricamente se denomina en la jerga popular a la completa y libre disponibilidad de información— los necesitados de ayuda sabrían de su derecho a recibirla y de los requisitos, idénticos para todos, para su obtención. Los referentes barriales y políticos dejarían entonces de ser los mediadores ineludibles para la recepción de los beneficios. Uno de los medios para lograrlo sería un empadronamiento responsable de los pobres hecho por personal idóneo e independiente de los partidos políticos, es decir con cargos estables (no contratos temporarios arbitrariamente renovados o no) ganados en concursos "transparentes". Este mecanismo es el usado por los países industrializados bajo el nombre genérico de seguro de trabajo, donde incluye la entrega de [[información]] sobre empleos adecuados a las habilidades, aunque generalmente no de capacitación (es decir, de mejora de esas habilidades).