Cada [[cultura]] distribuye de modo diferente la realización de las [[función técnica|funciones]] y el usufructo de sus beneficios. Como la introducción de nuevas tecnologías modifica y reemplaza funciones humanas, cuando los cambios son suficientemente generalizados puede modificar también las relaciones humanas, generando un nuevo orden social. Las tecnologías no son independientes de la cultura, integran con ella un [[sistema socio-técnico]] inseparable. Las tecnologías disponibles en una cultura condicionan su forma de organización, así como la [[cosmovisión]] de una cultura condiciona las tecnologías que está dispuesta a usar.
En su libro ''Los orígenes de la civilización'' el historiado Vere Gordon Childe ha desarrollado detalladamente la estrecha vinculación entre la evolución tecnológica y la social de las culturas occidentales, desde sus orígenes prehistóricos. Marshall McLuhan ha hecho lo propio para la época contemporánea en el campo más restringido de las tecnologías de las telecomunicaciones (Marshall McLuhan y B. R. Powers, ''La aldea global. Transformaciones en la vida y los medios de comunicación mundiales en el siglo XXI'', Edit. Planeta-Agostini, Barcelona, España, 1994, ISBN 84-395-2265-7, p. 26).
En Argentina, [[la valoración social de las tecnologías]] ha sido un importante condicionante de su desarrollo, lo que puede verse claramente en campos como la [[tecnologías en la literatura argentina|literatura]]. Desde los tiempo de la conquista castellana —no se sabe todavía lo suficiente sobre los anteriores— la [[función]] principal de las tecnologías ha sido la generación de lucro, lo que ha sido claramente percibido por los sectores de menores recursos. Esto ha generado un rechazo creciente por la innovación tecnológica en una actitud que se aproxima al [[luddismo]].