<br>[[Archivo:Azadas neolíticas de Childe.jpg|200px|right|thumb|<center>'''Azadas neolíticas según Childe.'''</center>]]<br>
Apenas terminada la Edad de Hielo algunas comunidades humanas europeas modificaron radicalmente su forma de obtención de alimentos. En vez de sólo recolectar vegetales, comenzaron también a sembrarlos; en vez de sólo cazar animales, se dedicaron además a criarlos. Ésto les permitió, por selección de los especímenes a reproducir, mejorar sus características nutritivas y las de algunos subproductos útiles, así como facilitar su cultivo y crianza (las características seleccionadas han sido detalladamente descriptas por autores como Jared Diamond). No se sabe con certeza si la agricultura precedió a la ganadería, si fue a la inversa o ambos desarrollos se produjeron simultáneamente; probablemente el orden de aparición tuvo que ver con factores regionales, aunque en este libro se adopta la primer hipótesis. Los más importantes alimentos cultivados fueron los cereales —especialmente trigo, cebada y arroz, cuyos antepasados silvestres han sido mayoritariamente identificados (en América el cereal usado fue el maíz)— debido a la facilidad con que pueden almacenarse, el alto rendimiento en granos por unidad de superficie y el trabajo razonable necesario para obtenerlos. Al ser las tareas estacionales, dejaban además tiempo libre para otras tareas.