Infraestructura tecnológica
La enciclopedia de ciencias y tecnologías en Argentina
En Argentina se denomina infraestructura tecnológica, o simplemente infraestructura, al conjunto de instalaciones, obras y servicios de soporte que permiten el buen cumplimiento de funciones valoradas, en especial las de los servicios básicos de transporte, agua potable y de irrigación, provisión de energía, disposición final de residuos y excretas, comunicación social, salud, educación y seguridad. Las tareas estatales de creación, mantenimiento, adecuación y mejora de la infraestructura nacional se denominan obra pública y fueron tradicionalmente incumbencia del Ministerio de Obras y Servicios Públicos de Argentina; en 2012 lo son del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios].
Tecnologías de infraestructura
- Agua potable, provisión
- Almacenamiento (represas, tanques...)
- Potabilización
- Distribución (acueductos, sistemas de distribución domiciliaria...)
- Edificios públicos
- Energía, fuentes
- Electricidad (generación hidroeléctrica y nuclear, redes de distribución de larga distancia...)
- Hidrocarburos (exploración, gasoductos, oleoductos, plantas de liquefacción de hidrocarburos gaseosos...)
- Excretas, disposición final
- Cloacas
- Tratamiento de líquidos cloacales
- Irrigación
- Distribución (acequias, canales de riego...)
- Residuos domiciliarios, disposición final
- Recolección domiciliaria
- Vertederos y tratamiento final
- Transporte
- Aeropuertos
- Caminos y obras asociadas (puentes, túneles...)
- Ferrocarriles
- Vías navegables y obras asociadas (canales y su dragado, puertos...)
Actualidad
Según declaraciones hechas en junio de 2010 por el director de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Fernando Navajas, el estado de la infraestructura nacional y de la realización de obra pública era el siguiente:[1]
- La inversión en infraestructura está por debajo de los niveles de la década de 1990.
- Hubo una fuerte recuperación de la obra pública respecto de los bajos valores de la década de 1990, pero disminuyó la participación en ella del sector privado.
- No se hicieron las inversiones necesarias para recuperar el transporte ferroviario, mientras se fomentaba el sueño de un "tren bala".
- Se avanzó en obras hidroeléctricas, nucleares y el uso de fuentes renovables de energía, pero se desalentó la inversión privada en exploración de hidrocarburos y ampliación de la oferta de energía en general.
- Se puso trabas a la ejecución de proyectos privados en ferrocarriles, vias navegables, caminos y logística.
- En el período 2007-2009 la obra pública en vivienda, saneamiento y educación estuvo selectivamente orientada a las provincias políticamente afines al PEN.
- No se hizo una buena planificación de las obras necesarias de infraestructura ni de sus balances de costo-beneficio (análisis que el PEN considera innecesario) y las acciones realizadas no fueron objeto de análisis y debate general. Hubo imprevisión y muchas obras se hicieron, caso de las de energía, recién después que surgieron los problemas, o se plantearon sorpresivamente, como el "tren bala".
- No hay buena evaluación, la regulación de las actividades privadas es insuficiente y las auditorías de las obras delegadas son casi inexistentes. Los entes reguladores han sido prácticamente desmantelados y su profesionalidad reemplazada por la instrumentación política. Las auditorías independientes han sido descartadas o son desatendidas cuando provienen de instituciones no afines al PEN.