Origen americano del caballo

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Es poco conocido el origen americano del caballo, cuya familia (Equidae) se originó hace unos 55 millones de años en algún lugar de lo que hoy es el continente americano. De allí pasó a Eurasia donde se multiplicó en las estepas que recorren el sur del continente. Aparentemente se extinguió en la mayor parte de América hace unos 12.000 años, aunque algún autor afirma lo contrario. Fue luego reintroducido en el continente por los conquistadores españoles. Los caballos fueron traídos a nuestro territorio por don Pedro de Mendoza, origen de su enorme proliferación en las pampas y todos los rincones de la actual Argentina durante la época colonial.


Evolución

Reconstrucción artística de un Hyracotherium.

Hace 55 millones de años los antepasados de nuestros actuales equinos, los Hyracotherium o Eohippus, eran apenas del tamaño de un perro. Hace unos 10 millones de años la familia Equidae estaba conformada por una docena de variedades de animales, la mayoría de las cuales están hoy extintas. Algunos ellos vivían en los bosques, otros se alimentaban de arbustos o pastaban en las praderas del continente. El Dinohippus, un pariente cercano de los caballos actuales, ya tenía extremidades con casco único y se alimentaba de hierba.

Hace unos 3 millones de años los antepasados de los caballos modernos, los Equus, se expandieron a Eurasia, África y por todo el continente americano. En América del Norte se estima se extinguieron hace unos 10.000 años, probablemente por ser cazados en exceso por los primeros pobladores humanos de América. Cuando el naturalista inglés Charles Darwin visitó las Provincias Unidas del Río de La Plata en 1833, exploró yacimientos fósiles de la región pampeana. En la localidad de Bajada del Paraná (actual ciudad de Paraná, pcia. de Entre Ríos) encontró, el 10 de octubre, un diente de caballo en el mismo estrato que un fósil de armadillo gigante[1]. Según el anatomista de la época Richard Owen el diente pertenecía a una especie extinta de caballo que bautizó Equus curvidens.

Fuentes

Controvertida subsistencia del caballo en el sur de América

Versión caricaturesca del caballo criollo
según Molina Campos.

Aníbal Cardoso, Vicente Rossi, G. Ochoa, Sarústegui, Federico C. Remondeau, Daniel Vidart, Rodolfo Parodi Bustos y otros afirmaron la subsistencia de los caballos en el sur del actual territorio argentino en tiempos de la conquista castellana. Los principales argumentos usados, rechazados por la mayoría de los expertos en el tema, son los siguientes:

  1. Es imposible, por el ciclo reproductivo normal de estos animales, que las 5 yeguas y 7 caballos supuestamente abandonados por Pedro de Mendoza proliferaran en tan poco tiempo hasta cubrir tan vastas extensiones.
  2. Es improbable que los hambreados ocupantes del fortín fundado por Mendoza dejaran caballos vivos si ya se habían comido la mayoría de los 72 animales originales.
  3. Los rasgos anatómicos de los primeros caballos criollos —especialmente los de su cabeza, bien resaltados en las figuras de Florencio Molina Campos— eran más próximos a los de caballos prehistóricos americanos como el Equus rectidens (véase Cardoso) que a los traídos por los conquistadores castellanos.
  4. Hay varios informes de arqueológos (a los que hay que agregar el hecho por Darwin) sobre restos fósiles de caballos en asentamientos humanos de las pampas y la Patagonia, aparentemente contemporáneos de los restos humanos.
  5. Los tehuelches originarios tenían boleadoras mejor adaptadas a la caza de animales del porte de un caballo que a la de los guanacos o zuris que se supone eran su caza principal.

El tema merece una cuidadosa reevaluación crítica vista la disponibilidad actual de métodos de datación y genéticos que pueden arrojar nueva luz sobre el tema.

Fuentes

Fuentes generales