Telefonía móvil en Argentina

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El servicio de telefonía móvil o telefonía celular permite el uso de teléfonos, usualmente denominados celulares en Argentina, en base a la transmisión de señales entre antenas que hacen la cobertura de una determinada región mediante su división en áreas o celdas (cells, en inglés, erróneamente traducido como células) de acceso.


Historia

El primer servicio de telefonía celular en Argentina fue prestado por la compañía Movicom Argentina a partir de 1989 en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Esta compañía prestó el servicio monopólicamente hasta 1993 cuando ingresó al mercado en la misma zona la empresa Miniphone, que era propiedad en un 50% de las dos operadoras de telefonía fija nacionales de la Argentina (Telecom Argentina y Telefónica de Argentina). Esta segunda licencia de telefonía celular para la zona de Buenos Aires había sido otorgada conjuntamente con la concesión de telefonía fija en 1990 pero no podía comenzar a operar hasta 1993 para permitir que Movicom (ganadora de la licitación de la primera licencia) se consolidara.

En el interior del país el proceso fue posterior pero similar. En 1994 la empresa CTI Móvil comenzó a operar la primera licencia para el resto del país. CTI Móvil también operó monopólicamente en esta zona hasta 1996 por las mismas razones que Movicom lo había hecho en Buenos Aires. A partir de ese año (1996) Telefónica de Argentina y Telecom Argentina comenzaron a operar la segunda licencia de telefonía celular para el interior, pero en este caso lo hicieron independientemente (no formaron una empresa como Miniphone). Telefónica lo hizo en el sur del país a través de Unifón y Telecom Argentina en el norte del país a través de Personal.

En 1998 comenzó a operar Nextel, única empresa que utiliza el sistema de red mejorada digital integrada (iDEN). A partir de 1999 se habilitaron otras cinco compañías, lo que llevó a la desaparición de Miniphone, que fue absorbida en partes iguales por sus dos propietarios (Unifón y Personal). Desde entonces el servicio de telefonía fue prestado en todo el país por las cuatro empresas restantes.

En 2003 la compañía América Móvil adquirió CTI Móvil pero siguió operando el servicio con la marca CTI.

En 2005 Telefónica Móviles (que operaba bajo el nombre comercial de Unifón) compró el 100% del paquete accionario de Movicom Argentina y comenzó a operar bajo el nombre comercial de Movistar para consolidar la marca en América Latina y España.

En marzo de 2008 América Móvil decidió modificar el nombre comercial bajo el cual operaba (CTI), reemplazándolo por Claro, para unificarlo con la marca que ya utilizaba en otros países de América Latina.

Actualmente, las 4 compañías operan con red propia. Claro, Movistar y Personal utilizan la tecnología GSM y Nextel opera con iDEN.

Rasgos de uso

Según la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) a partir de 2012 el uso del teléfono fijo (domiciliario) comenzó a disminuir y aumentó mucho el uso de mensajes por teléfonos móviles (SMS). Se estimó entonces que el 72% de los jóvenes prefería enviar un más barato SMS antes que mantener una comunicación verbal[1].

Robo y rehabilitación de celulares robados

Los teléfonos celulares con tecnología GSM están unívocamente caracterizados por su número IMEI, sigla del término inglés International Mobile Equipment Identity (Identidad Internacional de Equipo Móvil). El IMEI está generalmente impreso debajo de la batería, pero puede obtenerse discando *#06#. Si se pierde el celular o ha sido robado, el informe de este número a la compañía proveedora del servicio permite su inhabilitación. El problema es que el IMEI es un dato generado por software, por lo que puede ser modificado con un programa apropiado, produciendo su "rehabilitación}".

El robo y la rehabilitación de celulares están penados por la Ley Nacional N° 25891, cuya implementación parece ser extremadamente ineficiente. Según el informe de una consultora privada, en el año 2012 en Argentina se robaban unos 6.000 teléfonos por día, siendo los más afectados los jóvenes[2]. Muchos de estos teléfonos se usan para cometer delitos. En el año 2014 se estimaba que se perdían o robaban unos 6.000 teléfonos móviles por día, con un valor de unos USD 2 millones.

El problema de los robos podría minimizarse si se reemplazara el IMEI por un número de identificación otorgado por la Comisión Nacional de Comunicaciones, debidamente registrado y sin posibilidad de cambio salvo habilitación especial con identificación del propietario. Hasta septiembre de 2014 en Argentina era imposible saber con certeza quien era el propietario de un teléfono móvil, lo que favorece el uso de los mismos para cometer delitos.[3]

Portabilidad numérica

Hasta el 30 marzo de 2012 los dueños de teléfonos móviles perdían el número con que lo habían habilitado, inicialmente cuando cambiaban de artefacto telefónico y siempre cuando cambiaban de compañía. A partir de esa fecha, aunque la implementación completa y fluida demorará todavía algún tiempo, las compañías tienen la obligación de preservar el número de usuario[4]. Esta "portabilidad numérica", como pomposamente la denomina la Secretaría de Comunicaciones, tal vez permitirá que estos números sean incluidos en las guías telefónicas, lo que hasta ahora no sucede.

Fuentes

Véase también