Según las estadísticas argentinas, si los hijos de madres infectadas que contraen el parásito (alrededor del 5%) son tratados tempranamente, pueden curarse, lo que hace muy importante detectar a las embarazadas positivas. Las personas infectadas por picadura de vinchuca tienen posibilidades de cura durante los primeros 60 a 90 días, cuando el parásito está localizado en la sangre. Después de ese lapso, durante la fase crónica, no hay cura conocida. A los 12 ó 15 años después de la infección pueden aparecer problemas digestivos y cardíacos capaces de producir la muerte súbita. Para el control de la enfermedad hay que tener especialmente el cuenta el rol de intermediarios que pueden desempeñar animales domésticos como los perros y gatos, y salvajes como los murciélagos, ratas y armadillos. Aunque no producen contagio directo, salvo que se entre en contacto con su sangre, son fácil y frecuentemente colonizados por el protozoo, que se transmite luego a los humanos a través de la vinchuca. Los animales domésticos podrían servir de trampas para vinchucas si le instala dispositivos insecticidas apropiados.[http://www.agenciacyta.org.ar/2010/09/los-perros-podrian-contribuir-en-el-control-de-la-enfermedad-de-chagas/]