==Consenso de Washington==
Se denomina Consenso de Washington a un conjunto de medidas y políticas económicas que fueron impulsadas o impuestas a los países del Tercer Mundo por los países centrales (en particular EEUU) a través de organismos financieros internacionales como el [[Fondo Monetario Internacional]] (FMI) y el [[Banco Mundial]] (BM). El término fue acuñado en 1989 por el economista estadounidense [http://en.wikipedia.org/wiki/John_Williamson_(economist) John Williamson] en la ponencia ''What Washington Means by Policy Reform'' (Qué es la Reforma de Políticas para Washington) presentada en un congreso del Institute for International Economics, al que pertenece. Según el propio Williamson, las 10 políticas y medidas listadas fueron las que en ese momento eran mayoritariamente aceptadas por las instituciones económicas con sede en Washington —la —la Reserva Federal de EEUU, el FMI, el BM y algunos ''think tanks'' económicos— económicos— como indispensables para ordenar las economías latinoamericanas, aunque no necesariamente concordantes con sus propias ideas. Reexpresadas en términos más familiares a los argentinos, las medidas/políticas impulsadas son las siguientes:[http://info.worldbank.org/etools/bspan/PresentationView.asp?PID=1003&EID=328]
# Limitación del déficit fiscal para que evitar su financiación con "impuesto" inflacionario.
Hubo un masivo y acelerado proceso de redistribución de actividades. Desapareció una enorme cantidad de pequeñas empresas de alta ocupación de mano de obra y aumentó el tamaño de los grandes concentrados industriales de menor ocupación de mano de obra, fenómeno que en el expendio de alimentos se expresó por la proliferación de supermercados. Las empresas oligopólicas, cuyas prácticas no fueron casi controladas por los gobiernos, duplicaron su participación en el producto bruto industrial. Disminuyó grandemente la variedad de las manufacturas argentinas y la producción se volcó a productos exportables de escaso nivel de elaboración y bajo valor agregado. La industria textil y la metal-mecánica liviana, grandes demandantes de mano de obra, fueron las que más se redujeron. La producción industrial se concentró: en 2001 el 2% de las mayores empresas (extracción de petróleo, siderurgia, petroquímica, cemento y alimentos) generaba el 60% del valor de producción y las más altas tasas de ganancias. En 1998 el 47% de las 322 mayores empresas del país estaban controladas por capitales extranjeros. Estas empresas "extranjeras" generaban el 61% de la producción industrial, el 66% de las exportaciones y el 73% de las importaciones y recaudaban el 70% de las ganancias. Aportaban el 48% de la ocupación de mano de obra y sólo el 17% del saldo positivo de la balanza comercial, dato este último indicativo de la intensa remisión de ganancias al exterior.
En la época del peso barato los inversores extranjeros no crearon nuevas industrias, compraron las existentes. Se arrendaron o vendieron los más valiosos bienes del Estado a una fracción de su valor real, alegando disminuir una deuda externa que pasó de 7.900 millones de dólares en 1975, a 150.000 millones de dólares en 2001. Se privatizó una de las más grandes empresas mundiales del rubro petrolífero, [[Yacimientos Petrolíferos Fiscales]] (YPF), que había hecho la mayor parte de la exploración de cuencas y la más grande red nacional de surtidores de nafta, viabilizando en su época el transporte automotor hasta en el último rincón del territorio. Se alegaba la incapacidad del Estado de administrar bien empresas y la falta de recursos para actualizar su infraestructura, pero no fue necesariamente así. Mientras la telefónica estatal [[ENTEL]] no había actualizado sus tecnologías ni satisfecho las enormes demandas de conexiones, [[Gas del Estado]] había canalizado con grandes gasoductos el gas hasta entonces desperdiciado de los yacimientos. El gasoducto Comodoro Rivadavia - Buenos Aires fue en su momento el más largo del mundo, superando barreras tecnológicas que grandes países productores de petróleo consideraron entonces insalvables. El déficit de YPF se debió a los valores subsidiados de las naftas, valores que se actualizaron justo antes de su privatización. Entre 1998 y 2000 [[Repsol-YPF]] extrajo el barril de petróleo argentino a un costo inferior a 3 dólares y lo vendió al precio internacional de 20 a 30 dólares. La mayoría de las empresas privatizadas hicieron sólo, y a veces ni siquiera, las inversiones indispensables para el mantenimiento de sus servicios y frecuentemente no pagaron sus cánones. Entre 1993 y 2001 la tasa anual promedio de ganancias de las empresas privatizadas —que —que gozaron del insólito privilegio de reajustar sus tarifas por la inflación de EEUU— EEUU— fue del 10%, mientras que la del resto de las empresas fue del 1%.
La ganadería se hizo comparativamente menos rentable y su producción disminuyó a pesar de los nuevos mercados abiertos por la crisis europea de la vaca loca y la erradicación nacional de la aftosa. El 80% de los productores de algodón del Chaco y Formosa eran minifundistas sin capital ni actualización tecnológica, y aunque el reemplazo de los braceros por cosechadoras mecánicas bajó a menos de la mitad el costo de recolección, su producción de algodón disminuyó de 130.000 toneladas en 1990 a 80.000 toneladas en 1999. El 91% de los fruticultores de Río Negro tenía menos de 25 hectáreas, un porcentaje elevado de su fruta era de baja calidad y debía ser transformada en jugos, la mayoría de las plantaciones necesitaban reconversión, mejores empaques y facilidades de almacenamiento. Salvo el asesoramiento del [[INTA]], no hubo políticas sistemáticas de actualización tecnológica de los pequeños agricultores, y la labor de las cooperativas se vió casi imposibilitada por las altísimas tasas de interés de créditos que eran "salvavidas de plomo". Sin embargo, en la época surgió un producto que se expandió de modo fulminante ampliando las fronteras agrícolas hasta los mismos pies de la cordillera; que usaba y usa las más avanzadas tecnologías; cuya tasa de ganancias casi duplica la del trigo, el maíz y el girasol; producto que se convirtió en la estrella mayor del firmamento rural argentino. La [[cultivo de soja|soja]] nos recolocó entre los primeros productores agricolas y protagonizó el mayor experimento genético del planeta. Aunque en 2001 el producto total agropecuario era sólo el 6% del PBI, el rubro fue y sigue siendo hoy la más importante contribución a la balanza de pagos.
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Neoliberalismo en Argentina

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