La sección final de la conferencia, que totaliza 11 páginas de las 51, está dedicada al aporte que la industria puede hacer a la reparación de las desigualdades sociales. Snow está convencido que la industrialización es la panacea para la eliminación de la pobreza. Se basa para ello en hechos como el siguiente (pp. 51 y 52):
:(…) ''la población de los países industrializados está haciéndose cada vez más rica, mientras que la de los no industrializados continúa en el mejor de los casos lo mismo que estaba, de suerte que el abismo que separa a los países industrializados de los demás es mayor cada día. A escala mundiamundial, es ésta la gran brecha abierta entre ricos y pobres.'' (…) ''la gente trabaja como siempre ha tenido que trabajar, desde el Neolítico hasta nuestros días. Para una abrumadora mayoría de la humanidad, la vida siempre ha sido, ingrata, brutal y breve. Todavía es así en los países pobres.''
La primera afirmación y la última afirmación eran ciertas en aquella época y lo siguen siendo hoy, pero no es ésta la única brecha abierta entre ricos y pobres, porque está en juego la manera en que se reparten los beneficios económicos de la industrialización, generalmente muy poco equitativa. Para la reversión de esta situación no basta la industrialización o, como se la denomina hoy, "el derrame de la riqueza" por mero crecimiento económico. Su optimismo se basa sólo en aspectos técnicos, no políticos, como el siguiente:
Cambios - ECyT-ar

Cambios