Gracias a la abundancia de los minerales que lo contienen, durante la '''Edad del Hierro''' se fabricaron [[artefacto]]s más durables, menos costosos y más precisamente construidos que los de bronce. Los implementos de hierro permitieron abrir nuevas tierras al cultivo y facilitaron el desmonte de los bosques, generando así una nuevo explosión de población, especialmente en lugares antes inhóspitos como Escocia y Noruega.
===III. Escalas de tiempo===
Se discute aquí la cronología de las edades discutidas al final del capítulo precedente, comenzando con el problema de comprensión de lapsos de tiempos tan grandes como los involucrados: 340.000 años para los comienzos de la humanidad. La unidad apropiada de tiempo no es el año, ni siquiera el siglo, sino el milenio (entre 40 y 50 generaciones, según la época). Para comprender mejor la escala Childe da algunos hitos históricos y prehistóricos medidos en esa unidad respecto al presente:
Childe refuta aquí la generalizada creencia de que un equipamiento tecnológico simple implica una organización social o un sistema de creencias igualmente simple, dando como ejemplo a los arunta de Australia y a los bosquimanos de Sudáfrica. Las etnias más primitivas de la actualidad, aunque su equipamiento sea paleolítico, no son un fiel reflejo de los grupos paleolíticos prehistóricos.
===IV. Recolectores de alimentos===Las herramientas más antiguas encontradas, cuchillos y raspadores de piedra toscamente tallada, corresponden a los comienzos del Pleistoceno, hace unos 2.600 milenios. Probablemente se usaron también otras de madera, que no se han conservado. En esa misma época los homínidos (antepasados directos o parientes cercanos de nuestra especie) ya usaban el fuego, como lo evidencian restos de fogones y huesos quemados. Es presumible que los raspadores fueran usados para limpiar cueros con los que se abrigaban (se ha podido demostrar posteriormente que la deducción es correcta; , véase, por ejemplo, L. H. Keely, ''Los usos de los intrumentos de sílex del Paleolítico'', revista Investigación y Ciencia, enero de 1978, pp.  52‑60) que los raspadores fueran usados para limpiar cueros con los que se abrigaban. En el transcurso del tiempo fueron mejorando tanto las técnicas para obtener tallar las herramientas por percusión, como la selección de materiales más apropiados para fabricarlos y las formas más aptas para cada uso. En esa misma época estos homínidos (antepasados directos o parientes cercanos de nuestra especie) ya usaban el fuego, como lo evidencian restos de fogones y huesos quemados. El fuego proporcionó calor y luz durante las frías noche, ahuyentó los animales salvajes, permitió explorar las cavernas donde se refugiaban e hizo comestibles productos que originalmente no lo eran. Fue el primer proceso químico controlado por los humanos y el que lo diferenció de modo revolucionario de otros seres vivos. Inicialmente deben haberse usado los fuegos generados naturalmente, preservandolos y propagándolos. Luego se aprendió a generarlos por percusión o fricción ([[:ISBN 9788430660070]] discute detalladamente las diferentes maneras de hacer fuego), atribuyéndoles a veces carácter sagrado, caso del fuego de Vesta en Roma. Las grandes diferencias de los métodos usados en distintos lugares sugiere que estas técnicas se desarrollaron después de que la especie humana migrara a esos sitios. Se presume que los seres humanos más antiguos cazaban animalescon trampas, recolectaban frutos silvestres, moluscos y huevos, y extraían raíces y larvas. Se cree que se abrigaban con pieles de animales. Algunos se refugiaban en cavernas, otros probablemente hacían toscas viviendas con ramas (similares a las usadas por los tehuelches de los tiempos de la conquista de América). Todo esto requería gran capaciad de observación y la adquisición y transmisión de saberes muy variados: diferenciación entre distintas partes de plantas como comestibles o venenosas, conocimiento de los hábitos y hábitats de los animales, todo en relación con diferentes épocas del año. En términos contemporáneos, su capacidad de subsistencia dependía directamente de la validez de sus saberes astronómicos, botánicos, geológicos y zoológicos; éste fue el comienzo exclusivamente empírico de las [[ciencia]]s. Se infiere también que, dada la pobre dotación física humana en comparación con la de la mayoría de los animales salvajes, se hizo necesaria la cooperación de muchas personas para tareas como dar caza a un mamut. Esto requería algún tipo de organización social más allá del natural grupo familiar, pero se desconocen sus detalles. En Europa, hacia fines de la última Edad del Hielo, la fabricación de útiles de pedernal constituía una verdadera industria, se encuentran mejoras significativas y variantes regionales en sus características. Esta parte de la historia humana abarcó en Europa, el Medio Oriente, el norte de África y los valles fértiles de la India, unos 200.000 años, con rasgos principales muy similares, pero no idénticos. Los grupos humanos eran probablemente pequeños a comienzos y mediados del Pleistoceno, tal vez similares en número a los de simios actuales. Recién hace unos 50 milenios se comienza a tener información más detallada sobre algunos de ellos, los musterienses o neandertales (su exacto parentesco con nuestra especie, el ''Homo sapiens'', todavía es motivo de debate) que habitaban cuevas en los actuales país de Francia y comunidades autónomas del norte de España. En estos grupos se encuentra por primera lo que se considera una característica exclusivamente humana, el culto a los muertos, con entierros ceremoniales. Estos neandertales se extinguieron casi simultáneamente con la aparición de los primeros humanos modernos (''Homo sapiens'', cuyas migraciones están comenzando a dilucidarse a través de los estudios de ADN). En el centro de Francia, de clima menos inhóspito entonces que en el resto de Eurasia, properaron las culturas auriñaciense y magdaleniense, alimentándose de los entonces numerosos mamuts, renos, bisontes, toros almizcleros, caballos y salmones. En las cavernas donde habitaban quedaron numerosos restos humanos y de sus presas, así como útiles y los residuos de su fabricación.  Aparecieron entonces las primeras máquinas, el lanzador de venablos y el arco lanzador de flechas. Hay también indicios de contactos con grupos humanos lejanos, caso de las conchas del Mediterráneo, sugerentes de alguna forma de intercambio. No hay, en cambio, evidencias de cultivo de plantas o de cría de animales. Aparecen también las primeras expresiones artísticas, pinturas hechas en paredes de cuevas y figuras talladas en marfil o modeladas en arcilla. Los ocultos lugares donde se encuentran las pinturas sugieren que tenían un propósito mágico, como facilitar la caza de los animales representándolos. Las pinturas son también ilustrativas de sus saberes zoológicos, caso de un bisonte cuyo corazón se exhibe traspasado por una flecha, y de la clara identificación que puede hacerse de las diferentes especies. Cuando terminó la última Edad del Hielo y desaparecieron las manadas de animales de los que se alimentaban, se produjo la decadencia de la máxima expresión europea de esta etapa, la cultura magdaleniense. La siguiente nueva etapa sería protagonizada por otros grupos asentados en otros lugares.
===V. La revolución neolíticaRevolución Neolítica===
===VI. Preludio a la segunda revolución===
===VII. La revolución urbanaRevolución Urbana===
===VIII: La revolución en el conocimiento humano===
===IX. La aceleración y la retardación del progreso===
==Fuentes==
* {{:Childe OC}}.
[[Categoría:tecnologías]]
[[Categoría:cultura]]
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Los orígenes de la civilización

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