Diferencia entre revisiones de «Meritocracia»
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Revisión del 19:40 17 feb 2017
La meritocracia es, originariamente, el sistema político en que los gobernantes se eligen (como indica el sufijo griego cracia, que quiere decir gobierno) por su sabiduría, su inteligencia, su desempeño o/y su virtud en vez de serlo por su riqueza, su posición social o/y su capacidad retórica (demagogia). El término es ambiguo ya que admite una amplia gama de interpretaciones. Una segunda acepción de meritocracia se concentra exclusivamente en algunos indicadores de mérito como la cantidad de cargos desempeñados o la antigüedad en el cargo actual (no la eficiencia en el cumplimiento de la función asignada) y los estudios realizados (no el grado de su asimilación o la capacidad de aprendizaje de nuevos saberes). Una tercera acepción designa a un tipo de sociedad donde el poder político y económico se logra por competición, asumiéndose que los vencedores son los mejores. Esta acepción de meritocracia es casi un sinónimo de darwinismo social y describe sociedades agresivamente competitivas, como la estadounidense, donde las grandes diferencias de riqueza se atribuyen exclusiva o predominantemente al mérito o/y al honesto esfuerzo personal. En esta Enciclopedia el término se usa exclusivamente en su sentido originario; la segunda acepción corresponde a un formalismo típicamente argentino, mientras que la tercera es sólo una forma sesgada de legitimación de la plutocracia.
Contenido
Historia
Entre los promotores históricos de la meritocracia se cuentan Confucio (con énfasis en la moral), Gengis Kan (con énfasis en las tecnologías) y Napoleón Bonaparte (con énfasis en la administración social o burocracia).
Actividades que deberían ser regidas por el mérito
El mérito debería regir mayoritariamente, lo que requiere evaluaciones periódicas específicas de cada campo, la realización de las siguientes actividades:
- la investigación científica y el desarrollo tecnológico en todos los campos del saber (evaluación de resultados);
- el ejercicio de las profesiones liberales (por exámenes y trabajos especiales que culminan con el otorgamiento de un título habilitante);
- la docencia en todos los niveles (por concurso de antecedentes o/y oposición);
- la selección de empleados y funcionarios técnicos de la administración pública (por concurso de antecedentes o/y oposición);
- el otorgamiento de la provisión de bienes o provisión de servicios (por concurso de prestaciones o/y precios).
Los problemas de la meritocracia
Los problemas más graves de la meritocracia son:
- definir que se entiende por mérito en cada actividad;
- establecer indicadores lo menos subjetivos posibles para cuantificar el mérito;
- seleccionar evaluadores que garanticen una buena evaluación comparativa de méritos que no esté guiada por intereses personales o sectarios.
La meritocracia en Argentina
Fueron partidarios de la meritocracia, de palabra o/y en sus hechos, personas como Manuel Belgrano, Bernardino Rivadavia, las generaciones del 37 y del 80, Benjamín Villafañe Chaves, René Gerónimo Favaloro... Los hechos han mostrado que ninguna elite meritocrática, por bien intencionada e ilustrada que sea, puede por sí sola construir una sociedad democrática que satisfaga con justicia las necesidades esenciales de todos sus integrantes, porque termina satisfaciendo sus propios deseos. Los desvíos de las buenas intenciones sólo pueden evitarse mediante enérgicas demandas de mayorías que comprendan que el mero clientelismo nunca satisfará bien sus necesidades. Esto requiere tanto un buen sistema educativo como la racionalidad y la eficacia que sólo pueden brindar ciencias y tecnologías con orientación ética e igualitaria.
Fuentes
- Meritocracia en Wikipedia.
- Solivérez, Carlos E.; Hacia un sistema nacional de ciencia y tecnología. En Quintar, Juan & Gabetta, Carlos (compiladores); Pensar la Nación: Conferencias del Bicentenario; Edit. Le Monde Diplomatique & Capital Intelectual; Ciudad de Buenos Aires; 2010; ISBN 9789876142298 (Quintar&Gabetta PN); p. 103.