La "cultura" clásica, en el sentido de lo que una persona cultivada debía conocer y valorar, estuvo centrada en el conocimiento de los grandes escritores y artistas de todos los tiempos, de los cuales son sólo algunos ejemplos las obras de [http://es.wikipedia.org/wiki/Aristófanes AristófanesAristóteles Aristóteles], [http://es.wikipedia.org/wiki/Cicerón Cicerón], [http://es.wikipedia.org/wiki/Leonardo_da_Vinci Leonardo da Vinci], [http://es.wikipedia.org/wiki/William_Shakespeare Shakespeare] en los países de habla inglesa y [http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_de_Cervantes Cervantes] en los de lengua castellana, [http://es.wikipedia.org/wiki/Ludwig_von_Beethoven BethovenBeethoven] , [http://es.wikipedia.org/wiki/Auguste_Rodin Rodin], [http://es.wikipedia.org/wiki/René_Descartes Descartes]. Estas obras no incluyen textos científicos especializados como las obras de [http://es.wikipedia.org/wiki/Nicolás_Copérnico Copérnico] (sistema solar heliocéntrico), [http://es.wikipedia.org/wiki/James_Clerk_Maxwell Maxwell] (ondas electromagnéticas), [http://es.wikipedia.org/wiki/Charles_Darwin Darwin] (Teoría de la Evolución), [http://es.wikipedia.org/wiki/ADN-B Watson y Crick] (estructura del ADN) y [http://es.wikipedia.org/wiki/Georg_Cantor Cantor] (Teoría de Conjuntos) a pesar de que en su momento revolucionaron la concepción vigente de sus disciplinas y, en algunos casos, del mundo. Estas últimas se consideraron obras sólo apropiadas para o reservadas a los especialistas en el campo correspondiente. El resultado fue que sólo unos pocos intelectuales muy cultivados sabían aunque sólo fuera lo más básico de disciplinas científicas hoy crecientemente consideradas cruciales. La antinomia entre las "dos culturas" es frecuentemente presentada como una de carácter exclusivamente intelectual entre ciencias y humanidades, lo que es falso. En primer lugar la antinomia incluye también a las tecnologías, en particular a la industria. En segundo lugar, no se trata de un dilema intelectual sino de los medios eficaces para resolver los problemas sociales.
El más citado exponente del debate (aunque no su iniciador), C. P. Snow (15 de octubre de 1905-1 de julio de 1980), fue un especialista en Física Molecular proveniente de un hogar humilde, que escribió una serie de novelas cuya médula es la lucha por el poder. Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo a cargo de la selección de personal científico y tecnológico para proyectos bélicos y se convirtió luego en vocero de las necesidades de la comunidad científica y tecnológica de su país ante los poderes políticos, lo que le valió el apodo de Mr. Science (Sr. [[Tecnociencia]], en la jerga de esta enciclopedia). En 1957 fue ennoblecido con el título de barón Snow por sus contribuciones a la industria y el gobierno británicos. En su doble carácter de científico y de escritor, experimentó en carne propia el divorcio entre ambos grupos de intelectuales, en su país y en Occidente en general. En su conferencia Rede, Snow relató sus propias experiencias y exploró superficialmente el origen del abismo entre la "cultura clásica" y las ciencias y tecnologías que dieron origen a la Revolución Industrial. Señaló al respecto que ''los intelectuales, en particular los escritores, son naturalmente [[luddismo|luditas]]'', lo que es una alusión claramente tecnológica, no científica. Su tesis principal es que la colaboración entre los dos tipos de intelectuales es imprescindible para que los políticos puedan resolver de modo efectivo los problemas sociales. No se trataba, entonces, de una mera preocupación intelectual sino del requisito para una tarea social de índole práctica y ética de las elites gobernantes, enmarcada además en la Guerra Fría entre "Occidente", como supuesto paladín del progreso, y la Unión Soviética.
==La conferencia Rede==
Esa uniformidad no se encuentra entre los literatos, donde ''la gama de actitudes es más amplia'' aunque todos comparten un desinterés e incomprensión total de las ciencias en general, tendiendo a ser hasta anticientíficos (p. 21). Estas ideas de Snow no surgieron de su mera experiencia privada de contacto entre ambos grupos sino de las tareas de reclutamiento de personal hechas con otros colegas durante la Segunda Guerra Mundial. En su transcurso tuvo que entrevistar entre 30.000 y 40.000 personas, de unos 30 a 40 años, con formación científica y técnica, indagando (entre otros aspectos) lo que leían y lo que pensaban sobre lo que leían. Pocos de ellos habían terminado de leer alguna obra de Dickens (parte integral de la cultura clásica inglesa), pero todos ellos tenían una buena precisión de conceptos —inexistente en los literatos— como ''objetivo'', ''subjetivo'', ''filosofía'' y ''progresivo''. Leían pocos libros de historia, novelas (que erróneamente creían no aportaban saberes psicológicos) o poesía y prestaban poca atención a las artes, con la única excepción de la música (p. 23).
Respecto a los literatos, Snow señala que consideraban que la "cultura clásica" era toda la cultura y que ignoraban los conceptos más básicos de las ciencias naturales como el [http://es.wikipedia.org/wiki/Segundo_principio_de_la_termodinámica Segundo Principio de la Termodinámica] (tal vez no un buen ejemplo ya que es más importante y fácil de entender el [http://es.wikipedia.org/wiki/Principio_de_conservación_de_la_energ%C3%ADa Principio de Conservación de la Energía]), ignorancia de la que —además— se regodeaban (p. 24). Snow considera que este divorcio es un grave problema —tema que desarrolla más profundamente en las dos ultimas últimas secciones— y lo atribuye al exceso de especialización de la educación preuniversitaria inglesa (la primaria y secundaria de Argentina). Señala al respecto que la única disciplina científica que se trata con algun algún grado de profundidad en este nivel es la Matemática, aunque de modo muy poco satisfactorio.
===Los intelectuales, luditas por antonomasia===
:''Es, sencillamente, que la tecnología resulta bastante fácil. O más exactamente, que la tecnología es la rama de la experiencia humana que todos podemos aprender con resultados previsibles.''
El problema es que además de personal científico y técnico suficiente se requiere decisión política. Asimismo, por la estructura piramidal de las tecnologías, cada tecnología productiva requiere muchas otras tecnologías de base, lo que a su vez requiere grandes inversiones de capital. Todo ésto esto escasea en los países pobres del planeta. Snow reconoce la necesidad del capital (pp. 56‑57) y que su magnitud excede la de EEUU y la URSS separados y que lo mismo sucede con la de personal científico y técnico, especialmente el formado en los mismos países pobres (p. 58). ¿Cómo se logra todo ésto esto con el apoyo de los dos principales países industrializados del planeta? Snow es franco al respecto (pp. 59 y 60)
: ''yo sólo puedo contestar que no lo sé'' (…) ''Lo mejor que puede uno hacer, y desde luego no es gran cosa, es insistir, importunar, poner de manifiesto lo acuciante del problema.''
La situación es hoy bastante diferente en el caso de las ciencias, no porque haya mejorado el sistema educativo sino porque los especialistas están comenzando, aunque todavía lentamente y de modo excepcional, a divulgar las ideas centrales de sus disciplinas entre las personas comunes, de modo ameno, en lenguaje no especializado y evitando los farragosos análisis de evidencias y sus interpretaciones que requiere el moderno método científico. Son destacados ejemplos [http://es.wikipedia.org/wiki/Isaac_Asimov Isaac Asimov] en variados temas, [http://es.wikipedia.org/wiki/Carl_Sagan Carl Sagan] en Astronomía, [http://es.wikipedia.org/wiki/Jared_Diamond Jared Diamond] en Biología, [http://es.wikipedia.org/wiki/Stephen_Hawking Stephen Hawking] en Cosmología. El debate de fondo no está centrado hoy en si las ciencias son o no parte importante de la [[cultura]] (en el sentido antropológico del término, no en el de saber valorado por las elites), sino en si ciertos cuerpos de información deben o no ser considerados científicos (Astrología, Creacionismo, Homeopatía, Parapsicología...).
Con las tecnologías no ha sucedido algo comparable. Lo importante en este caso no es el mundo de las ideas sino el de los [[artefacto]]s. La difusión de tecnologías apropiadas para la resolución de los problemas vitales de alimentación, vestimenta, vivienda, salud, transporte y la provisión de fuentes de trabajo suficientes para costearlas, es un fenómeno muy limitado entre los pobres del planeta. En Argentina ni siquiera se ha podido llevar bien a cabo la comprensión elemental del fenómeno a través de la [[Educación Tecnológica]]. Pocos argentinos tienen más herramientas en su casa que las más elementales (destornillador, martillo, pinza) y las usan poco y con mala [[técnica]].
En la sección final Snow plantea la importancia de las actividades científico-tecnológicas para la erradicación de la pobreza mundial, pero no plantea explícitamente por qué considera importante esa tarea. ¿Es una consideración basada en la igualdad de derechos de todos los seres humanos y la obligación moral de bregar por ella? No lo dice explícitamente, aunque lo sugiere vagamente en algún lugar del texto, en el mismo lugar en que afirma que si no es Occidente el que hace rápido la Revolución Industrial en los países más pobres, ''lo harán a tiempo los países comunistas'' (p. 60). Parece tratarse, entonces, más de un problema de seguridad (preocupación central de los tiempos de la Guerra Fría en que dio la conferencia) que de un mandato moral.
En síntesis, el planteo de "las dos culturas" no se reduce a un simple desencuentro entre humanistas y científicos, sino al problema de la armonización de tres órdenes muy diferentes de la vida en pos de la finalidad ética de la mejor resolución de los problemas humanos. ¡Casi Tarea nada!simple y de acuciante actualidad.