El lenguaje es el medio del que se vale el pensamiento racional. La definición de palabras, en especial las correspondientes a conceptos abstractos que no corresponden a objetos reales, sólo puede hacerse mediante ejemplos de su uso, mediante ensayo y error, mediante recortes sucesivos de propiedades o atributos. Pese a la vaguedad y ambigüedad resultante, el proceso de comunicación oral y escrito de palabras resulta notablemente eficaz, pero falla en muchos casos básicos dónde no hay manera de tener certeza sobre la igualdad de significados para dos sujetos diferentes. Es imposible asegurar la igualdad del color atribuido por dos personas ciegas diferentes salvo cuando se trata del de un objeto concreto bien especificado cuyo color (invisible) sea invariable (propiedad no verificable por ciegos).
==Efecto Münchhausen==
La dificultad de definir con palabras no contradictorias conceptos como el de ''saber sobre todos los saberes'' y de comunicarlas de modo preciso a otras personas hace que el concepto de conciencia sea tan difícil de aplicar como la técnica atribuida al barón de Munchhaussen para levantarse a sí mismo tirando de las presillas de sus botas (en inglés, ''bootstrapping''). Se trata, claro está, de una limitación del intelecto humano, ya que de un modo que no podemos comprender ni explicar cualquier persona pensante sabe lo que es tener conciencia de sí misma.