Utilidad económica

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La utilidad económica es el concepto económico que explica la razón por la cual las personas adquieren mercaderías de cualquier tipo, les asignan valor. Como en esta enciclopedia lo útil son los útiles, es necesario diferenciar el concepto de utilidad técnica del de utilidad económica.


La utilidad económica según Marx

En su análisis de conceptos económicos básicos, Kicillof señala (Kicillof SK, p. 323):

Podría creerse que la utilidad, en realidad, no es un atributo propio de la mercancía, sino que, por el contrario, viene íntegramente dada por los deseos o las necesidades de los hombres. Según este razonamiento, una cosa no serviría para nada si el hombre no le asigna un determinado uso, acorde a sus exigencias. La utilidad sería entonces algo externo, algo que de alguna manera se le impone a la mercancía y no una cualidad intrínseca, un atributo de ella. Sin embargo, de lo que se trata aquí es de analizar a la mercancía en sí misma. E indudablemente es la mercancía la que es útil. En la frase «la manzana es útil» puede observarse que la utilidad le pertenece a la manzana. Dicho de otro modo: el hombre tiene ciertas necesidades y algunas cosas tienen la capacidad de satisfacerlas mientras que otras son inútiles. La pregunta sería entonces la siguiente: ¿por qué un determinado objeto tiene o no el atributo de la utilidad, es decir, la capacidad de satisfacer necesidades humanas?
Si nos preguntamos entonces, por la fuente de la utilidad de una determinada mercancía, encontraremos que (Marx, pp. 3‑4) «la utilidad de los objetos no flota por los aires. Es algo que está condicionado por las cualidades materiales de la mercancía y que no puede existir sin ellas.» El ejemplo que dimos sirve para aclarar las cosas: la manzana es útil pues satisface determinadas necesidades humanas, y es capaz de hacerlo porque tiene ciertas propiedades. Si no las tuviera o si tuviera otras propiedades distintas (por ejemplo, si la manzana estuviera hecha de hierro), sin duda perdería su anterior utilidad y pasaría a tener otra distinta o bien ninguna en absoluto. De aquí se sigue que «lo que constituye un valor de uso o un bien es, por tanto, la materialidad de la mercancía misma».

El análisis es poco feliz, porque se atribuye a las cosas los deseos o necesidades de las personas y porque se afirma que las cosas pueden clasificarse de modo absoluto en útiles o inútiles. Que la utilidad no es un rasgo intrínseco puede verse claramente en el caso del oro, el prototipo del valor de cambio (patrón oro). El oro como material tiene propiedades que lo hacen especialmente útil en Electrónica porque es buen conductor de la electricidad y del calor, no se corroe en circunstancias normales y en aleación apropiada con otros materiales, como el cobre, tiene elasticidad y buena resistencia mecánica. Esto lo hace un material invaluable para el recubrimiento de zócalos y contactos eléctricos enchufables y desenchufables. Sin embargo, su principal uso no es éste, sino la orfebrería. Ello se debe no a sus propiedades intrínsecas, sino a que por razones que no viene al caso discutir aquí se lo considera símbolo de prosperidad, de riqueza. Los símbolos son construcciones específicamente humanas, culturales y mentales que pueden atribuirse a objetos materiales o a ideas. Son rasgos extrínsecos de esos objetos o ideas, no intrínsecos, y provienen de su relación con la cultura en que se los usa.

Lo que algunos objetos materiales o inmateriales tienen son funciones, verdaderas o atribuidas (como el efecto afrodisíaco del polvo de cuerno de rinoceronte, ¿efecto placebo?). Esas funciones son útiles para algunas personas e inútiles para otras. El santón que hizo sincero voto de pobreza seguramente encontrará poco uso para el oro, salvo quizás para regalarlo. El celíaco no podrá comer pan con gluten porque le resulta tóxico (y por no tanto, no sólo inútil para alimentarse sino venenoso), pero el pan común no es tóxico para la gran mayoría de las personas. ¿Donde está entonces la utilidad "intrínseca" del pan con gluten?

Una parte importante de la grave dificultad de formular una teoría económica de aceptación general es que las actividades económicas tienen un inextricable carácter socio-cultural que las hace muy complejas y extremadamente dependientes de las circunstancias específicas presentes y de toda su historia previa.

Fuentes

  • Kicillof, Axel; De Smith a Keynes: siete lecciones de historia del pensamiento económico, un análisis de los textos originales; EUDEBA; Ciudad de Buenos Aires; 2010; ISBN 9789502317588 (Kicillof SK).
  • Marx, Karl; El capital: crítica de la economía política, tomo I; Fondo de Cultura Económica; México DF (México); 1986.