Cuando [[Domingo Faustino Sarmiento|Sarmiento]] redactó el libro [[Facundo, o civilización y barbarie]] en la década de 1840, escribió respecto al Gran Chaco argentino (Chaco, Formosa, noroeste de Santiago del Estero y norte de Santa Fe) que ''un espeso bosque cubre, con su impenetrable ramaje, extensiones que llamaríamos inauditas''. Quien hoy recorre la misma región encuentra a lo sumo matorrales achaparrados; el gran bosque ha desaparecido, víctima de una explotación que no tuvo otro límite que la rentabilidad.
El cronista francés [http://fr.wikipedia.org/wiki/Jules_Huret Jules Huret], uno de los visitantes destacados de la Exposición Internacional del Centenario, escribió en 1910:
En 1971, luego de 55 años de actividades ininterrumpidas, La Forestal decidió suspender sus actividades porque se había encontrado una fuente más rentable de tanino, la mimosa africana. Cuando se retiró levantó hasta el último tramo de riel y también los tanques que abastecían de agua potable a las poblaciones ubicadas a lo largo de sus líneas ferroviarias, obligando a miles de desocupados y otros pobladores a buscar otras fuentes de trabajo y lugares de asentamiento.
==Causas y consecuencias de la explotación==
La iniciación de actividades de la empresa en 1906 fue recibida con alborozo porque iba a brindar trabajo en una zona donde era notoriamente escaso, y donde el nivel de vida de la población era muy bajo. Cuando La Forestal cerró dejó un panorama desolador. Más de 2.000.000 ha habían quedado casi totalmente deforestadas. Donde antes prosperaban majestuosos árboles, ahora sólo crecían, en el mejor de los casos, arbustos leñosos (vinales) o en el peor espinillos y cactus. La erosión resultante por la falta de cubierta protectora de los árboles hizo que el proceso sea prácticamente irreversible, al menos al mediano plazo, sin mediar una reforestación de costo casi imposible de afrontar. La pérdida de la capacidad de retención de agua del suelo por la desaparición de la cubierta orgánica ha modificado también irreversiblemente el régimen hídrico de toda la zona, lavando minerales esenciales para su fertilidad. Algunas especies animales originalmente abundantes en la zona, como el ciervo de las pampas, están prácticamente extinguidas. Otras —como jaguar, aguará-guazú, tatú carreta, oso hormiguero, ciervo de los pantanos, tapir, pecarí, corzuela, gato del monte, avestruz, loro hablador, yacaré, tortuga— han disminuido mucho en número.